Existe y representa un profundo impacto en la vida de cada uno de nosotros.

No es cosa ni sustancia, sino una cualidad o una dimensión que deberíamos experimentar entre la vida y nosotros mismos. Esta perspectiva es reflexiva: media los acontecimientos y hace diferencias entre nosotros y todo lo que sucede.

Como indicó Thomas Moore: “Aunque no puedo identificar el alma con cualquier otro elemento, nunca puedo agarrarla por sí misma separada de otras cosas, tal vez porque es como un reflejo en un espejo que fluye, o como la luna que sólo media la luz prestada”.

¿Una fuerza inmaterial dentro de cada ser humano que le da al cuerpo vida, energía y poder?

La Masonería nos ayuda a la comprensión del alma en relación con nuestro yo interior, en un proceso de autodescubrimiento y autoconciencia. Un aprendiz Francmasón comienza su formación practicando la visualización de su piedra, no por su tallado.

“….porque quien no se conoce a sí mismo no sabe nada, pero quien se conoce a sí mismo ya ha adquirido conocimiento sobre la profundidad del universo”, El Libro de Tomás (Meyer, 1984).