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Guerra

marzo 9, 2022

De la paz se ha hablado, pensado, enseñado y estudiado de muchas maneras y en muchos aspectos.

Imagen: larueca.info

Se puede afirmar que la paz es la mayor y más alta meta o esperanza que cada uno desea lograr personalmente y para el mundo.

Creemos que hay pocas personas que no hayan tratando por todos los medios ganar paz. Por lo tanto, la historia de los seres humanos, en un aspecto, es la historia de la búsqueda de la paz.

Pero, ¿qué es la paz?

Este término se utiliza con variedad de significados de acuerdo con el contexto. Deriva de la palabra latina “pax”, que señala un pacto, un control o un acuerdo para poner fin a la guerra o a cualquier disputa y conflicto entre personas, naciones o grupos antagónicos.

Para la historia militar, esencialmente significa ausencia de guerra. Así que, desde su punto de vista, usan la fuerza para mantener la paz.

Sin embargo, muchos estudiosos de la paz no están de acuerdo con dar este énfasis a la paz como ausencia de guerra solamente. Paz es algo más significativo, valioso e importante que eso.

 

La fragilidad de la paz, como el agua o el cristal. Imagen: elagoradiario.com

La visión de Albert Einstein amplía esta visión: “La paz no es simplemente la ausencia de guerra, sino la presencia de la justicia, del derecho, del orden, en suma, de gobierno”.

Para Martin Luther King, Jr.: “La verdadera paz no es meramente la ausencia de tensión: es la presencia de la justicia”.

El actual Dalai Lama, dijo: “La Paz, en el sentido de ausencia de guerra es de poco valor… la paz sólo puede durar donde los derechos humanos son respetados, donde las personas son alimentadas, y donde los individuos y las naciones son libres”.

El punto de vista de Baruch Spinoza, uno de los más célebres filósofos de segunda mitad del siglo XVII fue claro: “La paz no es una ausencia de guerra, es una virtud, un estado de ánimo, una disposición para benevolencia, confianza y justicia”.

Jawaharlal Nehru (1889-1964) enfatizó la paz en el sentido de un estado mental: “No es una relación de naciones. Es una condición de la mente provocada por la serenidad del alma. La paz duradera puede venir sólo de gente pacífica”.

Imagen: lehren.com

Mucha sangre ha corrido en el mundo como resultado de las tensiones que surgen de ideologías y de las personas que las abrazaron. Su culminación hoy es un mundo polarizado, con dos Guerras Mundiales y otras alrededor del globo.

Comúnmente se piensa y se cree que la filosofía no puede “hacer pan”; pero si puede derribar los pedestales de las pasiones de guerra. El pensamiento filosófico debería ser matriz para la disensión, ayudando a generar significado moral, un mundo mejor y más racional, con un alto y claro:

¡No a la guerra!

Si es así que la pluma es más poderosa que la espada, y la pluma refleja ideas que gobiernan la palabra, entonces alguna de esas ideas ha llevado al mundo a un frío devastador: guerra, desorden, pasión nacionalista extremadamente violenta, ego/ambición y, a veces, irracionalismo, sospecha mutua y recelo, características comunes de todos los principales actores políticos involucrados en las guerras.

Ahora la pregunta es: ¿podemos nosotros marcar la diferencia? Nuestra respuesta es: sí, cada uno de nosotros podemos.