Sin conciencia de la necesidad ni estrategia es imposible.
¿Alguna vez hemos visto una nube alta que parece anclada en el cielo?
Para determinar su movimiento hay que fijarse en ella y observar su propulsión en relación a un sistema fijo, como una montaña, un árbol o un edificio. Entonces, sin desplazarnos, deben tomarse dos medidas de posición y, a partir de las mismas, determinar la dirección, el sentido y la velocidad de movimiento de la nube.
La vida de una Logia puede parecerse mucho a ese movimiento: todo avanza lentamente… parece destinada a continuar como está y … desaparecer.
Tiene relación con cierto modelo mental que, hasta cierto punto, tiene sentido: las rutinas y los hábitos crean sensación de seguridad. Esto es un problema importante cuando no vamos en la dirección adecuada. También lo es, si el cambio llega con una fuerza externa o un conflicto interno.
El cambio debería estar integrado en el sistema, pero no existe un patrón establecido sobre cómo ni cuándo.
Podemos crear nuestro propio cambio, en lugar de esperar a que se produzca por acción del viento o de una tormenta. Crear nuestro propio cambio es la mejor manera de aumentar la probabilidad de terminar donde queremos estar.
Pero, ¿cómo convencer a los integrantes del Taller para que actúen?
Suponer que las hermanas y hermanos no intervienen porque les faltan datos clave, es ingenuidad; y considerar que no actúan porque son egoístas, deshonestos o ignorantes, es lazar piedras contra la Fraternidad.
Tal vez, deberíamos centrarnos en la idea de la confianza: las personas no actúan porque confían en personas diferentes dentro del grupo; y algunos confían en quienes dicen que no hay necesidad de cambiar: “así se ha hecho siempre”.
La generación de confianza cambia la forma en que abordamos la comunicación para evolucionar como Institución.
Existen problemas que aumentan la desconfianza: la suspicacia, la insatisfacción-descontento, la falta de fraternidad. ¿Cómo generar confianza? Comunicándonos eficazmente: siendo inspiracionales, coherentes, practicando la escucha activa, …
¿Cómo tener una conversación significativa con alguien cuyas opiniones son marcadamente diferentes a las nuestras dentro de la Logia?
Conociendo sus expectativas, haciendo preguntas para comprender de dónde vienen, discrepando cálida y brevemente, haciéndole partícipe de la historia de la solución. Cada uno deberíamos ser capaces de gestionar nuestras expectativas, pero también de explicarlas al otro y escuchar las del otro en un marco de Tolerancia masónica.
Debemos ser claros sobre por qué y cómo modificar las cosas que hacen morir cada día a nuestro Taller. Encontrar las acciones específicas que pueden realizarse en un marco de tiempo y que las hermanas y los hermanos lo entiendan.
Pero, ¿cómo hablar con hermanos enojados, cuando quizás tú también estés molesto, siendo capaces de tener una conversación constructiva?
A través de la acción colectiva, ¡encontremos el tiempo y el entorno para hablar sobre los intereses de cada uno, de una manera con la que todos puedan identificarse!
¿Qué es una acción colectiva exitosa? La capaz de crear conciencia, generar empatía, generar intenciones y evocar acciones.
La identidad compartida se expresa en acciones. Acción colectiva moderada en el centro. Claridad y límites éticos satisfactorios, y un mensaje contundente sobre la necesidad de cambio. Articular puntos en común y buscar aprovechar el cambio centrado en soluciones en el centro. Pero sin marcar el camino, sino ofreciendo herramientas para que el “otro” pueda construir y recorrer el suyo propio.
