¿Es la Francmasonería culpable de perjurio contra sí misma?

Un supuesto secreto es compartido por millones de personas en todo el mundo y se puede encontrar fácilmente en las estanterías (o en Internet) …

De trabajar mediante el empleo de Ritos de transmisión exclusivamente oral, como los utilizados por los masones constructores de catedrales ya en los inicios de la Edad Media, se pasó a tolerar manuales impresos -para estabilizar el ritual y aliviar la carga de memorizarlo. De ahí pronto se transitó a la pública e indiscriminada venta de rituales. Fue el abandono del sistema de aprendizaje masónico basado en la memorización y posterior ensayo en Logias de Instrucción, una vez que la Masonería salió de su contexto cultural original, que ocurrió en el momento en que los rituales pasaron, primero a escribirse a mano y, más tarde, a imprimirse.

A veces se piensa que hay algún secreto interior impartido verbalmente al candidato en la iniciación, pero también esotérico insinuado en los rituales impresos.

Pero el verdadero secreto de la Masonería no es un secreto en absoluto, sino más bien un “misterio” verbalmente no comunicable: el simbolismo moral y las alegorías que el iniciado, habiendo recibido claves a través de los ceremoniales, debe descubrir por sí mismo.

Tal vez, las enseñanzas masónicas estén contenidas exclusivamente en el funcionamiento dentro de la Logia, las planchas y los oficios. Hemos recibido la “luz esotérica” plantada en nuestra psique como semillas que nos dotan de pautas morales. Una mente, que podemos guiar gracias al ritual masónico, su memorización y la reflexión filtrada mediante herramientas, para mejorarnos a nosotros mismos en primer lugar, y el entorno en que nos encontramos a continuación.