=

QUERIDOS HERMANOS PORTUGUESES:

mayo 8, 2021

Quizá no sois conscientes de lo que significáis para nuestra Logia. Que un pequeño Taller masónico como Arte Real, de la Gran Logia Simbólica Española en Madrid, mantenga una relación tan estrecha con vosotros, la legendaria Logia Vinte e Cinco de Abril, del Grande Oriente Lusitano en Lisboa, es para nosotros un privilegio y un orgullo inmenso. Y una gran responsabilidad.

Sois la Logia que recoge el trabajo de los heroicos “capitanes de abril”, unos jóvenes que, en ese mes del año 1974, se levantaron contra la polvorienta dictadura que tenía sometido a Portugal y devolvieron la libertad a vuestra nación. Una nación que, hasta ese día, estaba llena de súbditos. Vosotros, jóvenes capitanes, les restituisteis la noble condición de ciudadanos. Y lo hicisteis sin derramar una sola gota de sangre, sin un muerto, sin ninguna matanza. Lo hicisteis con claveles. Así se llamó vuestra revolución: la de los claveles. Un ejemplo para el mundo y para la causa de la libertad.

Algunos de vosotros, en aquella jornada decisiva, quizá fueseis masones. La mayoría todavía no lo erais pero, unos antes y otros después, acabasteis ingresado en la que hoy es una de las Logias masónicas más respetadas de la Masonería europea, la Vinte e Cinco de Abril. Nuestro Querido Hermano Vasco Lourenço, cerebro de aquella revolución, lo dice hoy: “Yo era masón antes de ser masón”.

Quiere decir que os disteis cuenta de que los principios éticos y los valores morales que habíais defendido en aquella histórica jornada del 25 de abril de 1974 eran casi exactamente los mismos que viene preservando y difundiendo la Orden masónica desde hace tres siglos: la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad. La Justicia. La Dignidad para todos los seres humanos. La Democracia. El Librepensamiento, la capacidad y el derecho de pensar por uno mismo, sin dogmas y sin temores. Eso fue lo que os animó en la Revolución de los Claveles. Eso fue lo que devolvisteis a los portugueses. Eso mismo es lo que os anima y mantiene hoy, vigilantes y perseverantes, en vuestra Logia. Tenéis más años, pero seguís igual de animosos y de decididos que entonces.

Por esa razón es para nosotros, masones y masonas españoles de hoy, obreros en la Logia Arte Real nº 44, un inmenso orgullo y una altísima responsabilidad que nuestras dos Logias sean hermanas, formal y sobre todo emocionalmente, desde hace ya algo más de dos años. Hemos trabajado juntos varias veces, a pesar de la pandemia. Hemos intercambiado trabajos, pensamientos, experiencias y conocimientos. Hemos aprendido intensamente los unos de los otros. Eso es lo que hacemos los masones.

Ahora sabemos que la Masonería en Portugal vuelve a ser perseguida o, al menos, acosada. Parece increíble que esto suceda en pleno siglo XXI y en un país democrático –es democrático, en buena medida, gracias a vosotros–, pero así es. Un partido político conservador, que pasa por horas difíciles en cuanto a su apoyo popular, parece que ha decidido tratar de recuperar su número de votos agitando el “espantajo” de la Masonería, lo mismo que hicieron los enemigos de la libertad (Franco en España, Salazar en Portugal) hace seis o siete décadas. Y hace siglo y medio. Y hace dos, y hace tres. El viejo “espantajo”, que parece un fantasma destinado a asustar a los niños, no ha cambiado demasiado en trescientos años.

Pretende ese partido que se obligue a los masones portugueses a declarar públicamente que lo son. Como si fuese un delito, como si fuese algo vergonzoso o peligroso de lo que hay que protegerse. Y no lo es. Es una institución antigua, noble y altruista que ha estado cien veces en la vanguardia de la lucha por el progreso de la humanidad. Una institución que no tiene nada que ocultar y que defiende la libertad, el propio conocimiento, el autoesclarecimiento y la concordia entre los seres humanos, independientemente de sus ideas políticas, de sus creencias religiosas o de todo aquello que pueda enfrentarlos.

Así pues, no es necesario en absoluto “protegerse” de la Masonería, ni vigilarla ni controlarla, como si fuese un grupo peligroso. De quienes sí hay que protegerse es de los inquisidores, de los enemigos del librepensamiento, de quienes inventan fantasmas para distraer la atención de los ciudadanos de aquello que verdaderamente importa.

Queridos hermanos portugueses: nos tenéis a vuestro lado en este momento difícil. Vosotros y nosotros sabemos que esto pasará y que, al final, se impondrán la cordura, la sensatez y la democracia. Y que los fantasmas, esos fantasmas inventados por mezquinas razones de estrategia política, regresarán a la imaginación de quien los inventó. Ojalá desapareciesen para siempre.

Tenéis la solidaridad activa y explícita de nuestra Logia, lo mismo que de la Gran Logia Simbólica Española. Estamos con vosotros una vez más, ilustre Logia de los Capitales de Abril, queridos hermanos y hermanas de toda la Masonería de Portugal. Seguiremos peleando juntos por el viejo y cada vez más ferviente ideal masónico: la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.