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Reciprocidad

mayo 19, 2024

Existen obligaciones que tenemos hacia los demás simplemente por su condición de personas.

Imagen: eldondelaenergia.com

El enriquecimiento recíproco requiere un reconocimiento del otro positivo, capaz de respetar la alteridad.

La Francmasonería es un medio facilitador de intercambios y conocimiento mutuo, a su vez nexo de unión entre personas y culturas, que aporta elementos comunes a todos los masones, además de mantener un carácter abierto y respetuoso con las diferencias.

El contacto con la diversidad y con otras visiones abre las perspectivas y nos enriquece a todos; el establecimiento de sólidos y fraternales lazos entre Logias contribuye a fortalecer la Institución, sin importar el Oriente o la “Federación” a través de la cual se practique el Rito.

Es extraordinariamente llamativo que cada vez existan más personas que se sientan o estén solas en los países más desarrollados: deberíamos ampliar la idea y la acción de la reciprocidad en la distribución más justa e igualitaria social.

La reciprocidad ética ha sido estudiada por grandes filósofos como Beauvoir o Levinas, entre otros. Pero la perspectiva masónica se dirige hacia lugar: el fondo está en el trato que todos queremos: el reconocimiento. Somos individuos, cada uno con nuestras propias opiniones y sentimientos; opiniones y sentimientos que merecen respeto y consideración.

La idea no es tratar a todos uniformemente sino más bien la del reconocimiento de que todos, independientemente de las diferencias humanas, merecemos ser tratados con respeto y amor.

La reciprocidad es una disposición moral psicológicamente sólida y en nuestro contexto de interacción contrarresta una variedad de desafíos, para que los recursos se dispongan al uso común. Como virtud, demuestra que la ética no necesita renunciar al realismo y nos mantiene en la preocupación por la acción colectiva.