Ya es hora de que dejen de pensar en la victoria y ejerzan la piedad

Sentimos frío. Un frío tan profundo que parece como si algo hubiera absorbido todo el calor del mundo. Como si mil Dementores se estuvieran acercando, listos para sacarnos el alma. El pánico comienza a arañarnos el pecho. El abismo se ha apoderado de todo rasgo de humanidad.

¡Por piedad! ¡Paren la masacre de inocentes!

Nuestras ideas son simples: lo que más se necesita, es cambiar este estado de globalización por un estado de mundo y mente menos propensa a la conquista, y abrazar una relación que mire nuestras diferencias, no como algo que nos divide, sino que nos vinculan individual y colectivamente: no, a las fronteras de lenguaje, territoriales o de poder.

Tal vez la idea sea transformar una sociedad competitiva en una sociedad colaborativa. Hay esperanza: