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Los inmisericordes

noviembre 29, 2022

El miedo y la ira pueden volvernos vengativos e injustos, hasta llegar a carecer de conmiseración.

La compasión es el tejido invisible que sostiene el mundo. Imagen: cuerpomente.com

“De esta manera nos condenamos a nosotros mismos tanto como victimizamos a los demás”. Just Mercy: A Story of Justice and Redemption, Bryan Stevenson.

Todos nosotros somos más de lo peor que hayamos hecho alguna vez, sin embargo, cuando nos ataca una persona despiadada, podemos llegar a dudar en la existencia de la humanidad.

¿Y la justicia? ¿No es el perdón permitir que la gente se salga con la suya? ¿No es excusar la injusticia?

A primera vista, ser clementes con aquellos que no la serán con nosotros parece ser cualquier cosa menos un mecanismo de supervivencia. Parece como si el perdonador se hubiera rendido entregado a la injusticia, pero no.

Aristóteles nos enseñó, hace más de 2000 años, a nunca, nunca practicar una virtud aisladamente de todas las demás. El perdón y la justicia necesitan crecer juntos para que la otra persona no se aproveche del condonador.

Perdonemos y busquemos la justicia; no es “o esto o lo otro”.

Es posible que “deshacer” nuestros propios fracasos personales sea casi imposible. Sin embargo, podemos ayudar a “deshacer” los fracasos de los demás.

 

Imagen: Cadena de Unión masónica.