Nos adentramos en un laberinto hacia el punto central, algunos lugares están oscuros: paredes que parecen sólidas se derriten, pero tu confianza puede reemplazar a la duda.
Los atisbos de la meta pueden captarse a través de grietas entre las nubes y la niebla se desvanece ante los rayos del sol. Entre los fragmentos entendidos a medias, confusos y sin interpretar, nos preguntamos: ¿Qué sentido tiene esto?
Tal vez, se encuentre en nuestra evolución, aunque solo alcancemos una idea general de lo que es el despertar en el lado interior de la vida:
Nos parecemos mucho a una oruga que se alimenta de una hoja, cuya visión y percepción se extienden muy poco más allá de la hoja sobre la que se arrastra. ¡Qué difícil sería para una oruga así trascender sus limitaciones, tener una visión más amplia, comprender que su hoja es parte de un enorme árbol con miles de hojas, un árbol con vida propia, una vida que sobrevive a mil generaciones de vidas como la suya!; y ese árbol a su vez es sólo una unidad en un vasto bosque de dimensiones incalculables.
Cuando más tarde se convierte en mariposa, su visión se amplía y entra en contacto con una vida que antes ni siquiera concebía. Es el mismo mundo, y sin embargo tan diferente, simplemente porque puede ver más de él y moverse de una manera nueva.
Nuestra vida y lo que podamos hacer con ella depende en gran medida de cuán reales sean para nosotros algunas cosas que parecen invisibles, dormidas en nuestro vasto mundo interior, no solo en el tejido de nuestros sueños y utopías.
Jung cree que debemos buscar en los lugares más oscuros, porque allí podemos encontrar lo que brilla y si algo brilla en la oscuridad, sabemos que es una luz real:
“Llenar la mente consciente con concepciones ideales es un rasgo característico de la teosofía occidental, pero no la confrontación con la sombra y el mundo de las tinieblas. Este último procedimiento, sin embargo, es desagradable y, por lo tanto, no es popular. Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”.Carl Jung, Obras Completas 13: Estudios Alquímicos.
Entonces, ¿cuál es el sentido de la vida? Esta pregunta estaría mal planteada, en cuanto a que no deberíamos pensar en ello como una relación estática realizable gracias a una respuesta simple. Podríamos reformularla: ¿cuáles son las condiciones bajo las que una persona experimentará su vida como significativa (consideración positiva de la vida)?
¿Cómo encontrar significado en un mundo imperfecto, cuando muchas veces hay una incongruencia entre las cosas que nos gustan y las que tienen sentido?
Los estoicos y Nietzsche nos darían el siguiente consejo:
Detente un momento y concéntrate en lo que puedes controlar.
No deberíamos especular sobre lo que es imprevisible y está más allá de nuestro control.
Encontrar significado es un proceso dinámico que nos moldea constantemente, nos sumerge en la realidad y tiene la realidad sumergida en nosotros.