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El reto de la empatía

agosto 27, 2022

La palabra empatía proviene del término alemán Einfühlung, que significa “sentirse uno con”. Implica compartir la carga, o “caminar en los zapatos de otra persona”, para comprender su perspectiva.

Sentirse amenazados, ser críticos o el miedo forman la barrera que frena el desarrollo de esta habilidad de la inteligencia emocional, inteligencia que nos ayuda a tener conciencia y capacidad para gestionarnos e interactuar socialmente con los demás.

Podemos aprender a equilibrar nuestras emociones y mirar los hechos, eliminar la montaña rusa de las inquietudes que nos acechan. También a desarraigarnos de nuestro punto de vista y abrirnos al de los demás.

Con la empatía cognitiva alcanzamos comprender los pensamientos y las emociones del prójimo, en un sentido muy racional, en lugar de emocional. Es la que te ayuda a comprender diferentes puntos de vista.

La empatía emocional consiste en “ser humano” frente al “hacer humano”.  Responde a ¿Por qué? ¿y qué? está sucediendo a las personas, sin juzgar su actividad y acciones.

Pero es la empatía compasiva, la que combina la comprensión de los hechos y pensamiento fundamentado, con lo que les sucede a las personas, considerando a la persona en su totalidad, la que la Masonería “entrena” con su método.

En la Logia Arte Real de Madrid creemos que cada persona puede marcar la diferencia e impactar en la vida de los demás. Nuestros valores son aconfesionales, éticos y basados ​​en un profundo respeto por todo ser humano. La preocupación y el interés por los sentimientos de los demás son virtudes que buscamos inculcar en nuestro Taller y en una sociedad en la que la disminución de la empatía está creando riesgos globales en la “Era de la ira”.

Nuestro mundo interconectado nunca ha tenido personas más solitarias y enojadas.

Pero, ¿en qué momento el creciente aislamiento y la disminución de la empatía se han transformado en un riesgo social?

Probablemente desde el mismo momento en el que vemos a otras personas luchando de alguna manera y simplemente observamos… Así nos convertimos en parte del problema.