=

El bien común

octubre 6, 2022

El bien común no es un principio moral, sino un compromiso

Como seres individuados, nuestras existencias separadas generan choques de intereses, y nuestra libertad da lugar a concepciones contrapuestas del bien. Estas diferencias son en sí mismas hechos sociales y desafían casi todas las interpretaciones del bien común. Frente a la diferencia, el bien común es un logro, no un hecho.

La UNESCO considera la educación y su propósito como un bien común, que puede alcanzarse a través de un enfoque humanista de la misma, cimentada en la ética y los valores:

 “…basada en el respeto por la vida y la dignidad humana, la igualdad de derechos, la justicia social, la diversidad cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad compartida por un futuro sostenible”.

Es la base de nuestra humanidad compartida. El “bien común” son aquellos elementos —materiales, culturales o institucionales— que los miembros de una comunidad poseen, deben cuidar y brindar a todos.

Otro ejemplo de bien común es el agua, esencial para la vida. Como bien público, un individuo debe consumirla sin reducir su disponibilidad para otros y nadie debería verse privado de ella.

El agua, ¿bien común o mercancía?

Pero la realidad democrática moderna se basa en políticas divisivas. La confrontación enfoca nuestras energías emocionales en el objetivo singular de ganar al otro: mi partido, mi clase …

Cuando sentimos un asalto a nuestros valores, el núcleo de nuestra identidad se convierte en indignación, endureciendo las líneas de división. Sin embargo, el bien común se logra cuando trabajamos juntos para mejorar el bienestar de las personas en nuestra sociedad y en el resto del mundo.

Tenemos la narrativa (convicción) de que trabajando en lo que une a las personas, podemos avanzar sobre los puntos en común duraderos, para que el conflicto democrático incesante que a menudo oscurece, no pueda vencer este ritual cívico.