Qué es importante en la vida, cómo aprender mejor, cómo ayudar para que otros aprendan mejor y qué es real son preguntas importantes que deberíamos hacernos.

Es significativo comprender quiénes somos como personas; los valores son importantes porque dictan lo hacemos en nuestra vida y cómo actuamos y reaccionamos ante las situaciones a las que debemos enfrentarnos.

Algunos educadores y algunas personas conscientes de su proceso de auto educación (aprendizaje continuo), siguen dos filosofías principales: el progresismo y el existencialismo.

Para el progresismo las ideas deben ser probadas para encontrar sus verdades; tienen gran valor las preguntas porque conducen al aprendizaje. Involucra tanto una ilustración interdisciplinaria como la resolución de problemas en la instrucción. Establece que el aprendizaje ocurre mejor cuando estamos involucrados y experimentamos ideas por nosotros mismos.

El existencialismo aboga por la autorrealización, o saber quién somos antes de poder aprender. El libre albedrío, la libre elección y la expresión de los propios sentimientos también son aspectos importantes para el existencialismo.

Estas dos categorías son importantes por varias razones. Para algunas personas ser libre pensador e incorporar muchos aspectos y experiencias diferentes en lo que hacen, es vital: también lo es animar a los alumnos a hablar sobre sus intereses, inquietudes e ideas, para que esa información equilibre lecciones y planes de estudios.

Cuando se comprenden diferentes aspectos del aprendizaje o disciplinas, es mucho más fácil relacionarse y comparar ciertos temas. Esto se adapta bien tanto al existencialismo como al progresismo.

Otro aspecto es la experiencia entre profesor-alumno y con nosotros mismos en nuestra auto educación. Se aprende mucho mejor cuando tenemos la oportunidad de experimentar y cuestionar por nosotros mismos el material sobre el que versa la instrucción.

Cuando experimentamos, participamos de alguna manera en lo que se nos enseña, y podemos aprender de una manera diferente a la que estamos acostumbrados.

Deberíamos aprender a cuestionar tanto lo que enseñamos como lo que intentamos aprender, así como a tener el deseo de saber más.