Cada uno de nosotros podemos ser un puente.
Amor tiene más resultados que miedo, solo tenemos que dar el siguiente paso.
Deberíamos tomar en serio la idea de que cuanto más alimentamos los conflictos más nos arriesgamos tener nuestros pensamientos cerca del cero. ¿Qué significa cero? NADA.
Este es el papel que juega el anverso, el papel que representa el conflicto entre las asimetrías.
A veces, parece existir una pantalla entre las mitades, incluso cuando su presencia es imaginaria o se explica como una técnica. Percibimos esa pantalla imaginaria en lugar de un espacio para compartir.
El guardián tradicional de las fronteras, quien no puede hablar, pero se cree que puede sonreír, trata de decirnos algo. Las cuestiones de identidad, escala, obversión (el “tipo de inferencia inmediata en la cual a partir de una proposición dada, se infiere otra proposición cuyo tema es el mismo que el sujeto original y cuyo predicado es contradictorio al predicado original, y cuya cualidad es afirmativa, si la cualidad de la proposición original fuese negativa y viceversa”), giros, volteretas y las dobles cruces aspiran al nivel de la teología.
¿Os parece esta una explicación complicada? Pues ahora observemos y meditemos sobre lo que somos capaces de hacer para no resolver un conflicto, para no dar el primer paso, ni el segundo ni el tercero.