Hoy sugerimos que algo puede ocurrir después de la muerte o que puede ocurrir infinitamente a lo largo de muchas vidas …
“Si entendemos que la eternidad no significa una duración temporal infinita sino la atemporalidad, entonces la vida eterna pertenece a aquellos que viven en el presente. Nuestra vida no tiene fin, así como nuestro campo visual no tiene límites” – Ludwig Wittgenstein.
La idea del eterno retorno es misteriosa; Nietzsche dejó perplejos a otros filósofos con ella: asevera que podemos pensar que todo se repite tal como lo experimentamos una vez, y que el retorno mismo se repite ad infinitum. ¿Qué encarna este mito?
Si tras la vida todo desaparece de una vez por todas y no retorna nada, es una sombra, sin peso, muerta de antemano, y sea horrible, bella o sublime, su horror, la sublimidad y la belleza, ¿no significan nada?
No tendrás tu antiguo nombre, tus propias células, tu antigua memoria, tu antiguo espíritu y alma, así que de ti nacerán nuevas personas, teniendo pequeñas partes de tu antiguo ser. Porque ahora eres Einstein, en parte, y en parte, Napoleón y otros muchos más.
Convengamos, pues, que la idea de “hoy comienza eternamente todo”, implica una perspectiva desde la cual las cosas aparecen de forma distinta a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su naturaleza transitoria. Todo es efímero, en tránsito. En el ocaso de la disolución, todo queda iluminado por el aura de la nostalgia.